El Gran Maestro Chan Wan
Hon nació en 1.921, en Guangzhou (Canton). Fue el mayor de los hijos
del Maestro Chan Yiu Chi, quien heredó el estilo Choy Lee Fut
directamente de su padre, Chan Koon Pak; segundo hijo y sucesor de
Chan Heung, fundador del Choy Lee Fut Kung Fu.
Tan alto como su padre
pero con una constitución mucho más robusta, el Maestro Chan Wan
Hon fue apodado por sus hermanos de Kung Fu como “Ngau” (El Toro)
debido a su inusual fuerza, su forma tenaz de atacar y la dificultad
de defender sus ataques y contraofensivas.
Wan Hon comenzó a
entrenar de forma inmisericorde bajo la tutela de su padre Yiu Chi
tan pronto como pudo caminar. Este entrenamiento le llevó a dominar
todas las formas del sistema Choy Lee Fut Kung Fu, incluyendo los 18
muñecos de madera que eran mantenidos en secreto dentro de la
familia.
Yiu Chi entrenó a su
hijo Wan Hon para cerrar distancias increíbles con un oponente a
velocidad prodigiosa y en cualquier dirección. Su Jau Saang Ma
(Corre el Caballo Vivo) se caracterizaba por su rapidez y completo
equilibrio. Wan Hon era capaz de cubrir fácilmente un hueco de tres
metros a la velocidad del rayo con una ráfaga de técnicas de puño
y patadas. Esta habilidad le permitió apabullar a muchos
contrincantes, incluyendo un maestro visitante coreano que se jactaba
de que sus técnicas de pateo eran insuperables.
Sus largas piernas le
otorgaban una gran ventaja en las técnicas de larga distancia y sus
patadas eran insuperables. Para entrenarle, su padre Yiu Chi apilaba
bolsas de arena y le pedía sacar pateando cualquiera de ellas
escogida al azar.
El dominio que tenía Wan
Hoon del combate en distancia corta se debía a su completo
entrenamiento en el manejo de las puertas internas a través de los
muñecos de madera. Rápido, preciso y continuo, sus ataques y
defensas eran siempre cambiantes y difíciles de predecir. Su mano y
pie izquierdo eran tan efectivos como los de su derecha. Así, su
mano izquierda alcanzaba a menudo el blanco en oponentes
desprevenidos, incluyendo muchos de los estudiantes de su padre y
años después durante muchos desafíos en el área de Guangzhou.
La maestría de Wan Hon
en el manejo de las armas también venía del entrenamiento severo y
continuo al que le sometía su padre. Le encantaba el palo y la lanza
y venció el desafío del campeón sureño de lanza, quien más tarde
se convertiría en su estudiante.
Wan Hon y sus mejores
estudiantes aceptaban desafíos y visitaban regularmente otras
escuelas para intercambiar técnicas, lo que le proporcionó a él y
sus seguidores una mayor comprensión de la pelea sin matar a sus
oponentes.
La llegada
de la Segunda Guerra Mundial sumergió a China en la oscuridad y Yiu
Chi cerró muchas de sus escuelas, entrenando a puerta cerrada.
Muchos de sus estudiantes destacados escaparon a Hong Kong y a los
Estados Unidos mientras que Wan Hon y sus hermanos de Kung Fu
permanecieron en China.
Wan Hon no sólo aprendió
Kung Fu sin también el arte del Tit Da Zheng Gu (tratamientos
ortopédicos y traumatológicos tradicionales chinos). Y durante la
guerra, Wan Hon inició sus estudios académicos oficiales en
Medicina Tradicional China.
Después de la Segunda Guerra Mundial vino el
gobierno de los Nacionalistas junto con la mejora del nivel de vida
en China, donde volvieron a abrirse escuelas de Kung Fu. Wan Hon
obtuvo su titulación médica oficial y trabajó en la clínica
ortopédica del hospital Fong Chuan, además de continuar ayudando en
la enseñanza a su padre Yiu Chui haciéndose cargo de varias clases
en Guangzhou.
Más maduro ahora, Wan Hon comenzó a contribuir al
arte familiar abriendo escuelas por su cuenta. El cambio de forma de
vida en China implicaba que la gente no tenía tanto tiempo para
practicar como en el pasado. Mucha gente quería aprender Kung Fu
pero sólo disponía de unas pocas horas libres a la semana ya que
después de la guerra tenían que trabajar entre 12 y 15 horas
diarias para poder llegar a final de mes, además de las inundaciones
y el hambre.
Wan Hon fue invitado a Beijing para participar en
una competición nacional organizada por el Gobierno y ganó
ejecutando Bak Mo Kuen. Se le invitó a convertirse en guardaespaldas
de funcionarios gubernamentales pero en ese momento declinó
cortesmente el ofrecimiento.
Wan Hon compilaría el Sei Lou Saan Sau (Cuatro
Caminos de Combate Libre), un conciso conjunto de movimientos
divididos en cuatro secciones externas y cuatro secciones internas.
Se trataba de técnicas de combate que un estudiante podía aprender
en poco tiempo para defenderse. Incluían sencillos golpes rectos y
patadas seguidos de técnicas circulares más complejas, patadas
laterales con desplazamiento y derribos básicos.
Además, desarrolló una forma corta para palo y sable con la que el estudiante pudiera aprender técnicas concretas de ataque y defensa con esas dos armas tan comunes.
Wan Hon enseñó a pie de fábrica a pequeños grupos de estudiantes pertenecientes a los sindicatos locales y como testamento muchos de ellos adquirieron técnicas de autodefensa adecuadas.
Durante la Revolución Cultural, nubes oscuras se cernieron de nuevo en China sobre el mundo de las artes marciales ya que todas las escuelas de Kung Fu fueron oficialmente prohibidas y clausuradas por la fuerza. Maestros y estudiantes de artes marciales fueron arrestados y asesinados. Wan Hon se vio obligado a tomar una serie de decisiones que cambiarían su vida ya que sus ingresos familiares derivados de la enseñanza de las artes marciales desaparecieron casi por completo. Con tres hijos y sus padres ancianos, Wan Hon continuó trabajando en el hospital pero su familia y estudiantes más veteranos cerraron filas y se mudaron a una pequeña casa en paradero desconocido para la Guardia Roja ante el temor al castigo de ésta. Yiu Chi y su hijo mas joven Chan Sun Chiu regresaron a la aldea en donde Yui Chi continuó enseñando hasta que falleció algunos años más tarde, a la edad de 73 años. Chan Sun Chiu permaneció en el pueblo pero sin enseñar a nadie.
Llegó un momento en que Wan Hon se vió obligado a convertirse en el guardaespaldas de un miembro de alto rango del Partido Comunista; fue un callejón sin salida pero al menos su familia y su arte en toda su pureza sobrevivieron. Se le permitió impartir clases privadas a oficiales locales del partido en determinadas fábricas. De esta forma, fue capaz de resucitar de nuevo el Choy Lee Fut en Guangzhou y continuar instruyendo a su tres hijos y a sus discípulos.
Chan Cheung Mo, un estudiante de su padre Yiu Chi y condiscípulo suyo, fue invitado por el Gobierno Comunista a desarrollar la rutina de Kung Fu sureño conocida como "Nam Kuen" que hoy en día podemos ver por todo el mundo en competiciones de Wushu. Pues bien, Wan Hon fue el asesor de su Si Di, Chan Cheung Mo. Y el Choy Lee Fut fue reconocido como el principal estilo de Kung Fu del Sur, junto con el Hung Gar.
Wan Hon instaló muñecos de madera en su casa de Bo Yuen Lo, ocultos en agujeros del suelo que tapaba con las baldosas. De esta forma, enseñó a sus estudiantes habilidades de combate en un espacio reducido al tiempo que desarrollaban extremidades de acero. La esposa de Wan Hon mantenía su casa inmaculada con un suelo extremadamente pulido y los estudiantes se veían obligados a mantener el equilibrio en sus posiciones mientras retrocedían y atacaban sucesivamente a Wan Hon sobre los resbaladizos azulejos del piso.
Wan Hon creía en la necesidad de entrenar el equilibrio y hacía que todos los estudiantes jóvenes realizasen saltos acrobáticos hacia atrás en el aire, mientras que los estudiantes más mayores tenían que patear sacos de arena apilados unos sobre otros tal y como requería su padre Yi Chi. Los estudiantes eran ejercitados una y otra vez en los Cuatro Caminos de Combate Libre y Wan Hon creía también en las sesiones de combate diario. Los gruesos abrigos invernales al estilo comunista constituían una buena protección corporal mientras que las vendas hacían las veces de guantes.
Todos los días los estudiantes eran entrenados en las técnicas que eran la "marca de fábrica" de Wan Hon como pun kiu pek choy (bloqueo circular y golpe de martillo) y gung kiu (un poderoso golpe con el antebrazo).
Wan Hon reunió un pequeño grupo de estudiantes (entre los que se encontraba su hijo, Yong Fa) para participar regularmente en desafíos y que fuesen mejorando de esa forma, además de obtener experiencia de primera mano en combate. Muchos de ellos todavía lucen las cicatrices de esos brutales desafíos.
Wan Hon dejó un gran legado a las generaciones futuras. Sin embargo, no cabe duda de que llevar a su hijo fuera de la China continental para difundir el arte fue su mayor ejercicio de sabiduría.
El texto original en inglés puede consultarse en este enlace.
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